La limpieza
post obra debe seguir un orden preciso para ser efectiva y no duplicar
esfuerzos. Saltarse etapas puede causar recontaminación de áreas ya limpias.
1.
Ventilación del espacio
Antes de iniciar cualquier tarea, es fundamental ventilar correctamente
para eliminar olores de materiales y polvo en suspensión. Esto mejora la
calidad del aire y hace más cómodo el trabajo posterior.
2.
Limpieza en seco inicial
Se realiza un barrido o aspirado general de techos, paredes y suelos para
retirar las partículas gruesas. Esto evita que el polvo se humedezca durante la
limpieza húmeda y forme barro o manchas.
3.
Limpieza de techos y paredes
Se limpian con trapos de microfibra secos o levemente humedecidos,
prestando especial atención a esquinas, rejillas de ventilación y apliques de
luz.
4.
Limpieza de carpinterías, enchufes y
mobiliario
Marcos, puertas, zócalos y tomas de corriente requieren una
limpieza cuidadosa, sin emplear demasiada humedad para evitar daños eléctricos
o hinchamiento de materiales.
5.
Limpieza de suelos
Es
la última etapa para garantizar que no se ensucien nuevamente con polvo de
otras áreas. Se emplea maquinaria específica y técnicas como fregado
industrial, aspiración con filtro HEPA o decapado, según el estado del suelo.